lunes, 13 de octubre de 2025

Testigos de Jehová y el Año 1975: Análisis de Publicaciones y Discursos 4 Parte

Testigos de Jehova consecuencias 1975

 El Impacto entre los hermanos: Decisiones Personales y Consecuencias

El fuerte énfasis en la inminencia del fin en 1975 llevó a muchos Testigos de Jehová a tomar decisiones significativas que alteraron sus vidas. Los informes indican que los miembros dejaron sus trabajos, pospusieron tener hijos, vendieron sus hogares y propiedades, o contrajeron deudas, todo en preparación para el fin anticipado del sistema de cosas.


Estas acciones no fueron meras iniciativas individuales, sino que fueron activamente alentadas e incluso "elogiadas" por la Watch Tower Society en sus publicaciones. Por ejemplo, Nuestro Ministerio del Reino (mayo de 1974, p. 3-4 en ingles) declaró: "Se oyen informes de hermanos que están vendiendo sus hogares y propiedades y planeando terminar el resto de sus días en este viejo sistema en el servicio de precursor. Ciertamente esta es una excelente manera de pasar el poco tiempo que queda antes del fin del mundo inicuo". Otros consejos incluían posponer el matrimonio, no tener hijos, aplazar la educación superior (universidad) y descuidar las carreras profesionales, todo enmarcado en el contexto del "poco tiempo que queda" antes del Armagedón.


El período previo a 1975 experimentó un notable aumento en el crecimiento de la organización, correlacionándose directamente con la creciente anticipación. El número de bautismos aumentó significativamente, de aproximadamente 59.000 en 1966 a más de 297.000 en 1974, con el número total de miembros activos superando los dos millones para 1975. Este crecimiento subraya el sentido generalizado de urgencia y compromiso entre los miembros. La creencia generalizada en la inminencia del fin se capturó en dichos comunes entre los miembros, como "¡mantente vivo!, hasta 1975!". La expectativa era tan profunda que muchos Testigos vivos durante este período creían genuinamente que "podrían ser miembros de una generación que nunca vería la muerte", anticipando la supervivencia a través del Armagedón y la herencia de una tierra restaurada al paraíso.


Un análisis de la situación revela una notable discrepancia entre el consejo organizacional y el comportamiento institucional. La WT alentó activamente a sus miembros a realizar cambios de vida significativos, a menudo disruptivos financiera y socialmente, como vender casas, posponer el matrimonio y descuidar carreras. Este consejo se presentó como una "excelente manera de pasar el poco tiempo que queda". Sin embargo, la investigación también indica que la propia WTS, durante 1975, "compró y comenzó a remodelar una propiedad costosa en la ciudad de Nueva York". Esto crea un contraste marcado y significativo: mientras se aconsejaba a los miembros que liquidaran activos y minimizaran los enredos mundanos en preparación para el fin, la organización estaba realizando inversiones financieras sustanciales y a largo plazo. Esta disparidad sugiere una posible divergencia entre las directrices dadas a la base y la planificación estratégica a nivel de liderazgo. Plantea preguntas críticas sobre la coherencia interna de la organización y expone una forma de posible hipocresía institucional, lo que implica que la WT priorizó su propio crecimiento y estabilidad institucional, incluso mientras alentaba a sus miembros a actuar de maneras que los dejarían personalmente vulnerables si las predicciones fallaban.


Las consecuencias psicológicas y sociales de esta profecía fallida a gran escala fueron profundas. El aliento directo de la WT para que los miembros hicieran cambios de vida extremos (financieros, familiares, educativos) basándose en la expectativa de 1975 creó un profundo compromiso que, al no cumplirse, provocó una "angustia" y "decepción" generalizadas. Esta decepción no fue meramente intelectual; tuvo impactos tangibles y devastadores, lo que resultó en "cientos de miles de Testigos desencantados" que abandonaron la organización. Las consecuencias se extendieron más allá de la pérdida de fe, abarcando la ruina financiera para aquellos que vendieron activos, el sufrimiento emocional por planes de vida no cumplidos (como posponer hijos o el matrimonio) y la posible ruptura de redes sociales debido al ostracismo para aquellos que se fueron.

Esto ilustra vívidamente la profunda vulnerabilidad social y psicológica inherente a los movimientos religiosos que promueven cronogramas escatológicos específicos y alientan activamente a los miembros a alterar radicalmente sus vidas en anticipación. El fracaso no solo desacredita la profecía, sino que también afecta profundamente la identidad personal, el bienestar y las trayectorias futuras de aquellos que se comprometieron plenamente, demostrando el costo humano de largo alcance de tales expectativas no cumplidas.


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